La entidad Rojinegra podría desprenderse de algunos productos de sus inferiores a fin de año y aspira a ser “un club vendedor” por año. Los juveniles que asoman como posibilidades.

Por: Gaby Obelar para Mirador Entre Ríos (Edición Papel)

Antes del descenso y la consagración en la Copa Argentina, Patronato comenzó a disfrutar de sus promesas de inferiores, de los jóvenes proyectos y, lógico, aspiraciones a ventas tras la que disfrutó con Luis Vázquez, cuando en 2019 lo vendió a Boca y, luego, celebró la venta al Anderlecht.

Ya post pandemia, el Rojinegro apostó fuerte a los proyectos "más serios", entre ellos Juan Cruz Guasone, Juan Barinaga y Alexander Sosa, futbolistas que fueron impuestos por la directiva a Delfino y, posteriorme a Sava, con el fin de que jueguen partidos con la meta de “venderlos”. Si bien solo se concretó la venta de Guasone a Estudiantes de La Plata, los otros dos casos fueron truncos.

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Bari renovó y, con cada llegada de entrenador, los pedidos fueron claros: que se quede. El caso de Sosa fue, tal vez, la chance perdida. Hubo sondeos, se negaron (por ofertas poco serias o por pedido del DT de turno) y se terminó yendo libre. Así mismo, los jóvenes siguieron apareciendo y las posibilidades de venta, en la actualidad, han crecido considerablemente. En el último año, Gabriel Díaz apareció como la gran novedad y una de las sorpresas en el fondo, consolidación, gol y un buen andar que llamaron la atención de clubes como Banfield y Gimnasia de La Plata, aunque la decisión de Patrón es clara: hasta fin de año, se queda.

En el presente, el Monito sigue pasando por un gran momento, regularidad y figura indiscutida del conjunto de Gabriel Gómez junto con Juan Barinaga y Valentín Pereyra, otra joyita que comenzó a explotar. Por el defensor y el mediocampista, aparecerían ofertas a finales de año y, lógico, la entidad se sentará a escuchar y negociar.

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“Todos los clubes aspiramos a vender. Es necesario”, afirmó en Código Stream Dante Molina ante la idea de la entidad de posicionarse como “un club vendedor” de jóvenes futbolistas y con dos posibilidades concretas a finales de año, más ante rumores que sigue creciendo semana a semana.

UNO POR AÑO

En el presente, Patronato cuenta con un importante caudal de futbolistas producto de sus inferiores que cuentan con un lugar en el primer equipo, fechas atrás se consiguió un acontecimiento único, terminar un partido profesional con 7 jugadores de “La Capillita”. Esto, sumado a la camada de futbolistas que asomaron en el 2024 y que han conseguido cinco títulos entre Inferiores AFA y Liga Paranaense, motivan e ilusionan a la entidad, que mira de reojo la caja y la cuenta bancaria.

Además, esta situación provocó la generación de un plan: “vender un futbolista por año”, no solo para un sustento económico general, sino también para posicionarse como “vendedor”, lo que pretenden. A los casos mencionados anteriormente, aparecen nombres importantes, que necesitan explotar y ganarse su lugar, como Valentín Villarreal y Alejo Miro, dos volantes jóvenes, que han sumado pocos minutos. Ambos contratos tienen una importante extensión, aunque no han podido consolidarse en primera.

En el fondo aparece Santiago Bellatti, recién sumando una importante cantidad de cotejos. Atrás, Gaetano Motta, crespense de 20 años que da que hablar, buen porte y, como se menciona, con “características rojinegras”. Lo mismo para un interesante proyecto en el lateral izquierdo, sin contrato aún por edad, Alejandro Leiva, posición que escasea, más en el primer elenco.

También en el arco aparece una importante proyección como Román Cuchu Peralta, el nacido en Tabossi ya dejó de ser un desconocido y tendría sus primeras convocatorias con el primer elenco en su sueño de defender el arco Santo.

En la mitad de cancha también aparecen nombres con peso y que ilusionan, más allá de que en la actualidad, aparecen otras realidades como Augusto Picco, Barinaga, Luciano Pacco y hasta el propio Brian Nievas. Mateo Ferreyra y Yair Duarte son dos de los jóvenes mediocampistas centrales que vienen dando que hablar y asomarían como proyectos a futuro, por ahora, a mediano plazo.

En la ofensiva, Joaquín Barolín hoy es el caso más rutilante y que desde hace un tiempo viene pidiendo pista, más allá de que recién suma sus primeros minutos profesionales, es de las pocas jóvenes promesas en el ataque, más atrás aparecen nombres interesantes en formativas como Ignacio Giacinti, Federico Cersofios, Benicio Jara, entre otros, aunque aún deben cumplir su proceso formativo.

LA PATA QUE FALTA

El propio presidente de la entidad, Dante Molina, admitió que existe una “carencia” para comenzar a ubicar o darle protagonismo a esas promesas para no perderlas. Si bien en muchas oportunidades todo es cuestión de representantes y negociaciones o destinos pocos convincentes, Patronato cuenta con un importante caudal de jóvenes proyectos que necesitan espacio.

En este sentido y más allá de que el club busca “un lugar”, son pocas las posibilidades y la superpoblación de contratos profesionales sería errónea. El plan de vender está, hay cuestiones internas de lo dirigencial que mejorar para esto y entender cuál es el verdadero camino a trazar. ¿Un Consejo o Departamento de Fútbol? Podría ser lo ideal para cubrir estas falencias.