Patronato se despidió de la Primera Nacional hasta 2026. Estudiantes aprovechó los errores defensivos en el primer tiempo y complicó el resto del partido. El Negro reaccionó tarde, no le alcanzó y se despidió del torneo en el Reducido sin brillar, con más ganas que fútbol. Fue 2-1 en Río Cuarto, en un cotejo en el que Patrón regalo un tiempo.

La parada no era sencilla, pero como en otro cotejos, con poco y nada, al Rojinegro le ganaron. En la primera parte, cada centro que cayó en el área de Alan Sosa fue una complicación y hasta le costó solucionarlo, no solo evitar que caigan centros, también resolver dentro del área. Garnerone avisó y, minutos después, Nahuel Viñas compró supuesta mano de Bellatti. Penal, Sosa adivinó, no llegó y gol del León que a la ventaja deportiva le sumó la del marcador y hasta sacó réditos del momento del conjunto de Gómez. Otro centro, rebote y gol de Tomas González. 2-0.

Gómez decidió cambiar. Pereyra a cancha y un "cambio", de entrada intento conectar y provocar un efecto contagio. El rival, también decidió bajar cambios e hizo su cotejo, cerró líneas y dejó que Patrón se complicara. Pese a todo, Barolín tuvo una chance y sobre el cierre, Barinaga estrelló el tiro libre en el travesaño. Igual, poco y nada, lejos de llegar al descuento.

Pero ese final de primera mitad fue un impulso. En el complemento, esa versión, que se venia repitiendo de otros cotejos, cambió. Patronato se lo llevó puesto a Estudiantes y lo llenó de centros. Y empujando llegó el gol, del primer tiro de esquina, un rebote, cabezazo de Bonansea, error en la defensa local y Facundo Díaz se tiró y marcó el 2-1. Un descuento clave, inyección anímica. Se podía.

Minutos posteriores, Bonansea bajó un centro y **Federico Castro no llegó a empujarla. Era el empate y la ilusión. La que se fue desvaneciendo con cada pelotazo, por momentos, a la nada. Barolín (de gran partido), la bajó y fue Alan que no llegó. Después, lucha, pasajes para el local que tras esas chances, pinchó el partido, lo enfrió, lo llevó a su terreno y, lentamente, fue apagando el mejor pasaje de partido de Patronato, que fue, intentó y no alcanzó. A los 43, Barolin tuvo la última, antes del final.

Fue derrota y un cierre de año con análisis encontrados. El primero, una muy buena temporada que volvió a posicionar a Patronato entre los mejores equipos del año. La segunda, el cierre de torneo, lejos de su versión, con patrones de juego que se repitieron y no se revirtieron, con poco gol y algunas decisiones del entrenador que no fueron las mejores. Fin de temporada, otra vez en Octubre. Barajar y dar de nuevo. Tiempo de analisis y de "nueva era" (el martes asume Bruffal, sin competencia por delante).