Gastón y Lucas Furlan vivieron una tarde especial, no solo por jugar juntos, sino también por enfrentar al club de sus amores y en el cual trabajan día a día.

Fue una tarde cargada de emociones para la familia Furlan y, sin dudas, para Narvaez. Este martes, en La Capillita, dos herederos del amor por los colores Rojinegros, se enfrentaron al club que los vio nacer y en el cual trabajan todos los días.

Lucas, utilero del primer equipo, y Gastón, canchero del Estadio Grella, fueron los rivales de Patrón por la Fecha 4 de la Copa de la Liga Paranaense. Tonga, como se lo conoce popularmente en el Mundo Rojinegro, salió desde el arranque, mientras que Lucas ingresó en el complemento y compartieron el sueño de compartir juntos un campo de juego.

En el final del partido, ambos dejaron sus sensaciones, especiales, sobre todo por lo vivido: "Patronato me vio nacer, arranque a jugar a los 5 años. Por distintas razones deje de jugar y, ahora, colaborando en el mantenimiento del Grella", contó Gastón, agregando: "Fue un partido con sentimientos encontrados, pero muy lindo".

Lucas, por su parte, expresó: "Fue una sensación hermosa, muy lindo, tenía ganas de jugar, de entrar y compartir cancha con mi hermano y que toda la familia pueda observar el esfuerzo que uno hace diariamemte para poder estar".

Además, dijo: "Hace poco que vamos a Instituto y nos sentimos como en nuestra casa. Jugar contra Patronato era como una espina pendiente después de que los dos hayamos jugado y quedado libre. La sensacion es hermosa".

Pese al resultado, hubo un sueño cumplido, un momento que no olvidarán, en el lugar en donde su mamá, Marina, trabajó años y años con el escudo Rojinegro. Predio en el que hay una placa que recuerda su labor y valores. Lugar donde Lucas y Gastón, dieron sus primeros pasos con la pelota.