Patronato no pasó del empate en Munro, pero los ojos se quedaron con la historia que compartió Alan Bonansea de una ferviente hincha del Rojinegro, en la que se puede ver al goleador abrazo con una persona y contando una historia que cautivó y emocionó: una familia que no fue de vacaciones con tal de seguir al equipo de sus amores de visitante.

“Cuando dijimos que no nos íbamos a ir de vacaciones para ir a los partidos de Patronato pensé: ¿será que vale la pena? Después nos dijeron que los niños no podían ingresar y se nos vino el mundo abajo. Me preguntó: ¿no te enojas si voy solo? Y cómo decirle que no, si su vida son estos colores. Hoy me mandan esta foto, abrazando a su ídolo, y digo: sí, vale cada viaje, cada kilómetro. Ese abrazo es lo mejor que le puede pasar. Los que no siguen esta pasión no lo van a entender nunca. Te amamos Clau, Mau y yo siempre vamos a acompañarte con la fe intacta por estos colores”, subió Bárbara, la esposa de Claudio, fánatica y colaboradora del Negro.

La historia cautivó a los hinchas y al propio Bonansea, que agradeció el apoyo constante de Claudio, socio vitalicio, que sigue pagando la cuota para ayudar al club y el cuál, cuando puede, además de la Publicidad de la Forrajería El Cardenal, ha donado elementos para la institución: “Mi papá me transmitió la pasión y ahora yo quiero que Mauro, mi hijo de tres años, lo viva de la misma manera”.

Al hablar de cómo surgio el periplo de seguir al Rojinegro por el país, contó: “La idea surgió después de haber ido por primera vez a ver a Patronato. Se lo propuse a mi esposa y ella aceptó, junto con mi hijo”. A la vez recordó que el cotejo con Los Andes de este año, encendió la llama: "Ahí sentimos que este sueño podía cumplirse", expresó junto a El Once.

"Patronato no es solo un club, es parte de nuestra vida”, mencionó Claudio que posee un recuerdo imborrable con su hijo Mauro, cantando en las tribunas del Estadio Islas Malvinas de Mendoza, el día que el club se alzó con la gloria eterna.